lunes, 11 de junio de 2012

Capítulo 2.

-¿Entonces...?
-Si prometes que te vas aportar bien y que nunca volveras al polígono, te dejo ir a la fiesta de Marta.
Mi hermano Carlos estaba sentado sobre el sillón rojo que había en nuestro salón y Marta y yo sobre el sofá del mismo color enfrente.
-Te lo prometo.
-Eleyn, no te tomes esto a broma, sabes las consecuencias.
-No me lo estoy tomando a broma.
Se levantó y dijo:
-Puedes irte ya si quieres.
Marta y yo nos levantamos del sofá y salimos del salón, caminamos por el pasillo color crema de nuestra casa y bajamos las escaleras, hasta el sótano, que es donde se encontraba mi habitación y cerramos la puerta despacio, sin provocar ningún ruido, Tuks se acercó a mí y dijo:
-¿Ves?
-Claro...Claro que nos vamos de compras ahora mismo, por que no tengo nada que ponerme para tu fiesta.
Tuks se puso a reír y dije:
-Vamos.
Cogí mi bolso y mi móvil y salimos por la puerta trasera de mi casa, habíamos quedado con Elena, Lucía y Miriam para tomar una granizada y después ir de compras, cogimos un autobús hasta el centro de la ciudad y desdé allí andamos 200 metros en busca de un parque donde solíamos quedar, Tuks, miró hacía los lados para ver si había alguien que viese lo que estabamos a punto de hacer, detrás de un arból, había un seto, donde un día se nos coló una pelota de baloncesto y me metí entre el seto buscandola, pero no la encontré, sin embargo, encontre justo detrás del seto, una pradera que tenía un árbol en medio donde todo el día daba sombre y parecía que nadie lo había descubierto, las chicas al ver que yo no iba se metieron entre el seto y me vieron paralizada ante aquel maravilloso paisaje. Nos metimos entre el seto y allí estaban las demás, que estaban un poco agotadas, por uqe habían tenido que pasar a Lucía entre los setos con la silla de ruedas y al parecer ha costado mucho, me tumbé dejado del árbol y observé las nubes entre las ramas:
-Es maravilloso.
-Sí-respondió Miriam a mi lado- ¿Vas a la fiesta?
-Claro.
Me giré para verle mejor, se había hecho una coleta larga que dejaba su cabello castaño al aire, sus ojos negros resplandecían y su enorme sonrisa provocaba sensación de paz, Tuks se unió a nosotras y Lucía se quedó en su silla de ruedas, escuchando la conversación:
-Cuando esteís en mi casa, os tengo que presentar a mi primo Lucas.
-Todo el día estás hablando de él, ¿tan bueno esá?
-Si no fuese su prima, me lo hubiese tirado.
Yo reí ante aquella expresión y Tuks dijo:
-A tí te pegaría bien El. Tus ojos verdes con sus ojos oscuros, su pelo moreno, con tu pelo rubio.
Miriam se quedó pensativa y dijo:
-Sí esta bueno y le gustas a el, ¿te pondrías?
-Ni puta idea.
Nos quedamos calladas durante un buen rato hasta que dije:
-¿Nos vamos al centro?
-Claro.
Nos levantamos de un brinco y pasamos por el seto, ayudando a Lucía y cogimos el autobús hasta el centro comercial, bajamos y entramos al gran centro comercial de nuestra ciudad, pasamos por Berskha y vi una camiseta blanca con topos blancos, al igual que mis cascos, pero al revés, me la probé pero me hacía parecer muy gorda, Marta se la probó y sin embargo a ella le quedaba fantastica:
-No es justo. Quiero tu cuerpo.
-Tu cuerpo es perfecto, pero esta camiseta no le pega a tu moreno sexual.
Sonreí y me dijo:
-Pruebate esta, a mi no me queda bien, quien sabe...
Me lanzó una camiseta negra a rayas azules que me encantó y que por suerte me quedaba bien, miré el precio, 6, 95, me lo pensé durante un rato, pero al final me la compré, nos encontramos con Lucía, Elena y Miriam, en una cafetería llamada Happy Pussy, ¿qué nombre era ese? Pedí una granizada de frambuesa azul y me encantó, las chicas se pidieron granizadas de diferentes sabores y salimos de aquella cafetería, Marta levantó la vista hacía una tienda y dijo:
-¡Aquí trabaja mi primo Lucas!
Entró corriendo y dije:
-¿Cuantos años tiene?
-Los mismos que nosotras, pero él estudia y trabaja.
Fruncí el ceño, era una tienda de música y había cosas que me encantaban, había unas libretas de escribir canciones, collares con claves de sol, instrumentos, me paré a mirar una pulsera con un colgante de una guitarra y un micrófono, pero Marta me arrastó hasta el mostrador:
-¿Lucas?
Un chico de mi misma altura, con los ojos negros, pero muy brillantes y un pelo corto castaño salió con una gran sonrisa del almacén:
-Hola, Marta, ¿qué te trae por aquí?
La verdad es que si estaba bueno, era guapo y parecía muy listo, yo sonreí:
-Mira, quiero esta pulsera.
Enseño mi mano y mis uñas azules y blancas se reflejaron en sus ojos:
-Dejamela.
Sus manos rozaron las mías y estaban muy calientes, soltó la pulsera con facilidad y dijo:
-¿Tocas la guitarra?
-Sí y canta que te cagas.
-Guay.
Yo me sonrojé un poco y le pegé un codazo a Marta en la barriga, esta, soltó una mueca de dolor, pero pilló mi indirecta:
-Mira Lucas, esta es Eleyn, Eleyn este es Lucas.
-Hola.
-Hola.
Mi voz sonó seca, mientras que la suya sonó demasiado alegre, me puse más roja y se quedó mirando mis ojos verdes, de repente reaccioné:
-¿Cuanto cuesta?
-Ehh, es verdad.. Son 7,99.
-Me la llevo.
-Espera, te la pongo.
Me pusó la pulsera en la muñeca y extendió mi mano:
-Toma, regalo de la casa.
Cerré la mano y dije:
-Gracias, toma, quedate con lo que sobre.
Marta nos cortó un poco el rollo y dijo:
-Veeenga, tenemos prisa El. Nos vemos Lucas.
Me despedí de él y se despidió de mí con una gran sonrisa en la cara y las mejillas coloradas:
-¿Esta bueno, o no?
-Buenisímo.
Abrí la mano, un colgante y un papel de partitura, ¿qué significaba eso?

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