viernes, 27 de abril de 2012

Capitulo 3.

¿Noooovia? Estaba de coña, ¿verdad? Mi madre y yo nos miramos y yo me reí, mi madre dijo:
-¿Y cuando la conoceremos?
-La he invitado a cenar mañana, cuando vallamos a casa.
Yo me seguía riendo, era raro, pero me alegraba por dentro, nunca me imaginé a una cuñada, ¿cómo sería? ¿Sería guapa, lista, deportista, le gustaría ir de compras, jugar a la play? Yo le dije a mi hermano:
-¿Y cómo es?
-Luego mañana la verás, adiós
-Adiós.
Colgé el télefono y mi madre dijo:
-Por fin.
-¿Por fin? Mamá, vas a tener que soportarla.
-¿Y si no?
La miré con cara estraña y dejé el télefono en su sitio, entré en la cocina y bebí un poco de agua:
-¿Qué vamos a cenar?
-No lo sé.
-Buena respuesta.
Sonreí y subí al cuarto de baño, abrí el espejo y saqué un peine, era un espejo de esos que se abren y puedes meter lo que quieres, me cepillé un poco el pelo y lo volví a guardar, salí del cuarto de baño y entré en mi habitación, observé el calendario, quedaba una semana para mi cumpleaños, quisiera que mi apdre estuviese aquí y mi hermano y su novia que todavía no conozco, estaba organizandolo todo desde que tenía 12 años, y ahora que cumplo los 16, desearía que se hiciese realidad, mi cumpleaños anterior, no fué muy bien que digamos, mi hermano Al, me llevó a ver a los pingüinos y daba la casualidad de que me ha salió alergia a ellos, no puedo ver a los pingüinos ni de lejos, me salen ronchas y no puedo respirar, cuando la cara se me empezó a poner llena de ronchas rojas y picaba mucho, mi hermano llamó a una ambulancia y tuve que estar 3 días en observación, ese ha sido mi peor cumpleaños, me senté en el sofá que tenía mi habitación y miré por la ventana, el sol se estaba escondiendo y ya habían salido las primeras estrellas de aquel día de Viernes, mire´a las otras casa, este barrio era muy caro y moderno, mi madre compró esta casa y la verdad es que me gusta más que mi antiguo piso, cuando vivíamos mi padre, mi madre, mi hermano y yo, me levanté y me quité las zapatillas Adidas que me había puesto por la mañana, las dejé en un rincón de la habitación y miré a la estantería de libros y CD's que tenía, ademas, de libretas, albumes de fotos y más, miré un DVD a ver si había alguno que pudiese poner en la tele, pero la verdad es que no me interesó ninguno, miré a mi alrededor y encontré la funda de mi guitarra roja con ella dentro, mi madre la había dejado ahí el día que nos mudamos, la abrí y toqué las 6 cuerdas, estaban afinadas y debajo de ellas había unas partituras de unas canciones que había escrito, miré la primera de ellas, Solo un siempre basta, esa canción la escribí cuando tuve a mi primer novio el año pasado, Pablo, rompimos cuando me enteré de que me iba a mudar, la verdad es que ya no me gustaba tanto como la primera vez, desde que rompimos, no he vuelto a tocar esa canción, cerré la funda de la guitarra y bajé a cenar:
-¿Te ayudo, mamá?
-Vale.
Cogí dos platos de tortilla de patatas pequeñas que hacía mi madre y los lleve a la mesa del salón, a mi madre no le gustaba comer allí, por uqe era muy cara, pero a mi sí, cené un poco y bebí una lata de coca-cola, cuando miré al plato recordé cuando en infantil nos dejaron comer toritlla y a mí me vomitó Pablo en el uniforme, ahí ya me gustaba:
-¿No vas a cenar más?
-No, creo que voy a hacer los deberes y luego me iré a la cama.
Pupo se subió conmigo, abrí la puerta y después la cerré y saqué de la mochila el libro de mateáticas y me puse a hacer los ejercicos de álgebra avanzada que me habían mandado. Recíbi un mensaje en el móvil de mi padre:
Solo queda una semana de nada, ¿verdad? Me gustaría que estuvieses aquí, pero como mañana ya te veo, no hay problema... ¿Has hecho nuevas amigas? Por aquí María y las demás, te echan de menos. Un beso, cielo.
Solo quedaba una semana, estaba en lo cierto, mi padre siempre me regalaba cosas guays, el año pasado, para animarme de lo de los pingüinos, me regaló un mp5 táctil, eso me animó bastante, esperaba a ver que me regalaría este año, sin embargo mi hermano Al, hacía cosas hechas por él para mi cumpleaños, el año pasado, una cama se caramelos, llevaba piruletas, chupa-chups... Cuando terminé álgebra avanzado, guardé las cosas en la mochila y me puse mi pijama de lunares rojos y blancos, abrí la cama y leí un poco del libro de 3 Metros Sobre El Cielo, que trancurre en parís, iba por la pagína 132 y estaba muy interesante, recordé todo lo que había pasado en aquel día, mi taquilla, Jorge, Jees, Lau, Sandra y Claudia, había estado bien ir de compras para decorar mi habitación y eso, aunque mi madre me dijo, que lo mas seguro es que la decorasemos después de mi cumpleaños, dejé el libro en el suelo y cerré los ojos lentamente....

La luz del sol, entraba por la enorme ventana de mi gran habitación, me levanté y aunque no estuviese decorada mi habitación, tenía lo más importante allí, mis fotos, mi pórtati, todo estaba allí, me estiré y Pupo se levantó de su camita aul celeste:
-Bueno días, Pupo.
Él movió su cola con rapidez:
-¿Tienes hambre, eh? Yo también.
Me rugían las tripas, bajé corriendo las escaleras:
-Buenos días mamá, ¿cuando llega Al?
-Por la tarde, ¿que quieres para desayunar?
-Unos gofres estarían bien.
Mi madre había comprado una máquina de hacer gofres y siempre salian deliciosos, mientras se hacían le eché comida a Pupo y me preparé un zumo de naranja, mi madre servió 4 gofres, 2 para mí y 2 para ella, me bebí el zumo de leche y me comí un gofre y medio y la mitad se la dí a Pupo, subí a mi habitación y me puse unos pantalones cortos y una camiseta de rayas azules y blancas, cogí mi móvil y me lo metí en los bolsillos de los pantalones con las llaves, grité:
-¡Mamá! Me voy, volveré para la hora de comer.
-¡Valeeee!
Cerré la puerta de mi casa y llamé a Jessica:
-¿Donde estaís?
-Puues estamos en en centro comercial, en una cafetería llamada Happyness, te esperamos ahí.
-Vale.
Fuí hacia la parada del autobús y esperé, cuando llegó, subí y pagé 1 euro, por uqe el trayecto era más largo, me senté al final y saqué el libro de 3 metros sobre el cielo del bolso, empezé a leer por donde me había quedado y cuando me di cuenta, el autobús se había parado y acababa de llegar al centro comercial, guardé el libro y salí del autobús, que se puso en marcha de nuevo, entré al centro comercial y busqué la cafetería, había un cartel en grande que ponía Happyness a la derecha, giré y choqué con alguien se le calló un libro al suelo, Los Juegos Del Hambre:
-Perdón he sido un estúpido.
-No ha sido culpa mía.
Cogí el libro y se lo devolví, levanté la cabeza y miré aquel rostro desconocido, sonreí y él también, tenía el pelo alocado, pero con un toque romántico y sus ojos eran azules como el mar, cualquiera daría por bañarse en ellos:
-Soy Guille.
-Yo soy Rocky, de Raquel.
-Mola tu apodo.
-Gracias.
Hablamos un poco y me dí cuenta de que era un chico diferente a los demás, no era como estos chicos que solo se dedican a ver el fútbol y oír música rap, le gustaban los libros, la música normal y salir con sus amigos en vez de jgar a la play, yo tambien odiaba eso, sonreímos los dos a la paz y me puse un poco roja,, sin querer nuestras manos se rozaron y no pudimos evitar sonreír de nuevo..

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